La lactosa
La lactosa es el azúcar de la leche y está compuesto de dos moléculas: glucosa y galactosa unidos por enlace. Está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana.
Además, se puede encontrar en muchos alimentos preparados, siendo un producto muy utilizado en la industria alimentaria.
Al ingerirla, la Lactosa procedente de los alimentos es desdoblada por la enzima lactasa a nivel del intestino delgado en sus dos componentes para su absorción por el organismo.

Intolerancia a la lactosa
Si los niveles de lactasa son bajos o ésta no realiza bien su labor, aparecen dificultades para digerir la lactosa. La lactosa, digerida parcialmente o no digerida, pasará al intestino grueso y allí es descompuesta por las bacterias del intestino grueso, generando las sustancias de desecho Hidrógeno (H2), Anhídrido carbónico (CO2), Metano (CH4) y ácidos grasos de cadena corta que provocan todos sus síntomas: dolores, hinchazón abdominal, diarrea, etc. Esta situación es muy común en la edad adulta de la mayoría de la población mundial.

Síntomas intestinales directos
Los síntomas se presentan frecuentemente después de la ingestión de productos lácteos.
  • Náuseas
  • Dolor abdominal
  • Espasmos
  • Hinchazón y distensión abdominal
  • Gases abdominales y flatulencias
  • Diarreas ácidas
  • Heces pastosa y flotantes
  • Defecación explosiva
  • Vómitos
  • Enrojecimiento perianal
Otros síntomas inespecíficos
Al existir una alteración de las mucosas intestinales también pueden producirse a largo plazo, una serie de síntomas inespecíficos en cualquier parte del cuerpo.
  • Abatimiento
  • Cansancio
  • Dolores extremidades
  • Problemas cutáneos
  • Alteraciones de la concentración
  • Nerviosismo
  • Trastornos del sueño
Población mundial
Aquellos pueblos que han sido tradicionalmente "ganaderos", que se han alimentado generación tras generación de la leche de los animales, presentan menos casos de intolerancia a la lactosa que otros pueblos no acostumbrados a su consumo. La mayoría de la población mundial adulta (unos 2/3 del total) tiene déficit de lactasa, excepto la población del norte y centro de Europa.
Esta desaparición del enzima adecuado para su metabolismo, la lactasa,se relaciona con la edad en la que el niño solía ser destetado en la historia de la humanidad, hacia los 3 años.

Tipos de intolerancia.

   Existen dos tipos fundamentales de intolerancia: primaria y secundaria.
   La intolerancia primaria se produce por un déficit de lactasa mediado genéticamente, existiendo a su vez dos formas: congénita y adquirida.
   La deficiencia congénita es muy rara y aparece desde el nacimiento, creando verdaderos problemas al lactante que en gran parte solo depende de la leche.
   La deficiencia adquirida es la más común y aparece a partir de los 2 a 5 años de edad, representando, como decíamos antes, la normalidad en los mamíferos. Esta deficiencia adquirida, aunque presente desde la infancia va tomando relevancia a lo largo de la edad adulta, siendo en algunos casos diagnosticada en edades muy avanzadas.
   La intolerancia secundaria no está codificada genéticamente y se debe a la presencia de una enfermedad intestinal que daña el borde en cepillo de la mucosa intestinal de forma transitoria aunque también puede ser permanente. Así es común en las gastroenteritis, sobrecrecimiento bacteriano, enfermedad inflamatoria intestinal, enteritis por radiación y celiaquía.

Niveles de intolerancia
La sensiblidad a la lactosa puede variar ampliamente, algunas personas notan sus efectos de forma inmediata tras consumir pequeñas cantidades, mientras otras tienen un umbral de sensiblidad más alto y es más difícil de observar su relación causa-efecto-. Dependiendo del nivel de intolerancia, cada persona tolerará una cantidad más o menos alta de lactosa al día. 


Dieta para el intolerante a la lactosa
Desde hace no mucho tiempo se dispone de Leche sin Lactosa en cualquier supermercado, por lo que el acceso a ella ha generalizado su uso en nuestro medio.
Una oferta que se ha complementado con productos derivados lácteos sin lactosa como quesos en diferentes variedades -gouda, emmental, etc -, quesos rallados, yogures, batidos de sabores, nata, crema, etc...
También en nuestro país, ya puedes encontrar suplementos de lactasa en forma de pastilla/cápsula que te permitirán consumir productos lácteos. Se recomiendan para uso esporádico si comes fuera de casa y no estás seguro de si los platos contienen o no lactosa, cuando acudes a una cena de negocios, una celebración, etc. 

Consejo alimentario
Recuerda que en cualquier producto aparentemente sin lactosa (ya que en su estado natural no lo contiene) y sobre todo si es procesado, pueden añadir ingredientes y aditivos que lo conviertan en un producto no apto para los intolerantes. Por tanto, la recomendación es siempre leer con atención la etiqueta y preguntar al fabricante ante cualquier duda.

Lista de Medicamentos
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