Cuidados de la dentición

  1. Prevenir desde el principio  
La lactancia materna favorece el desarrollo armónico de la musculatura de la boca, la forma adecuada de la cavidad bucal y la posición idónea de los huesos de la mandíbula.
Al succionar del pecho el esfuerzo del niño es 60 veces mayor que al hacerlo del biberón, debe abrir más la boca y presionar con las encías para extraer la leche.
  •     Se produce un desplazamiento de la mandíbula de adelante hacia atrás que hace que:
                       - los músculos vayan adquiriendo el tono necesario para cuando
                          aparezcan los dientes
                       - posiciona la mandíbula, en retroceso al nacimiento, en su posición
                          adecuada (más adelantada) para cuando sea necesaria la masticación
  •     La posición de la lengua se coloca más alta dentro del espacio bucal y la presión de los músculos laterales es mayor con lo que se previene la instauración de hábitos viciosos de succión y deglución.

2. Aprender a comer y beber
A partir del año es importante acostumbrar al bebé a beber en vaso en lugar de usar biberones, para estimular los movimientos de la deglución adulta.
Desde el momento en que erupcionan los molares hay que acostumbrara al niño a tomar alimentos sólidos ya que masticar ejercita los músculos masticatorios y hace que la mandíbula se desarrolle adecuadamente y el primer molar (llamado la llave de la oclusión por su importancia en el cierre correcto de los dientes) se coloque en su posición adecuada.

3. Procurar una nutrición adecuada

Se procurará, desde que introducimos los alimentos sólidos, que se consuma, en adecuado equilibrio, alimentos de todos los grupos alimentarios, respetando los gustos, pero sin olvidar que el gusto se aprende.
Por ello no deben faltar en su alimentación alimentos como los lácteos, los huevos, el pescado, la fruta, la verdura o las legumbres.
Debemos buscar un adecuado reparto en las principales comidas.
Debe vigilarse que no tomen alimentos azucarados sin lavarse después los dientes. Los alimentos azucarados, sobre todo si son de consistencia pegajosa, crean un medio adecuado para el desarrollo de la caries.

 4. Cuidado de los dientes
Los niños deben acostumbrarse a cepillarse los dientes después de cada comida para evitar la caries. Esta destruye los dientes dejando huecos que favorecen la movilidad de los dientes vecinos, que tienden a cerrar el espacio, lo que dificulta la erupción de los dientes definitivos y altera el contacto adecuado de unos dientes con otros.
El cepillado dental tiene su técnica que es muy sencilla, pero que debe conocerse para que este cepillado sea realmente efectivo.

5. Visitas al Dentista

Es importante visitar al dentista al menos una vez al año, pero en el caso de los niños, donde la erupción dentaria es un proceso activo, lo aconsejable es que lleves a tus hijos a revisión odontológica cada 6 meses, ya que muchas alteraciones se pueden corregir fácilmente en la época de crecimiento.
Con estas revisiones puede controlarse si los dientes están erupcionando en el órden adecuado, si hay alteraciones en su número, (que haya algún diente de más o de menos), su tamaño, (que sean demasiado grandes con lo que habrá problemas de espacio para que salgan todos o demasiado pequeños con lo que quedarán muchos huecos) o su forma (con lo que pueden verse antietéticos y no servir para realizar una masticación efectiva).
También se podrá observar si el niño tiene espacio suficiente en la boca para que salgan todos los dientes sin dificultad o ver si hay alteraciones como frenillos labiales o linguales que separan los incisivos centrales o dificultan la pronunciación.





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